5/31/2008

Mensaje desde la decencia

Me encuentro esta cita de Bertolt Brecht:

"Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad."

Y pienso que Brecht era tan brillante que sabía lo que iba a ocurrir en la derecha española 52 años después de su muerte.

5/28/2008

El victimismo del matón de parque público

Ahora resulta que Federico Jiménez Losantos llama ni más ni menos que "caraduras" a sus testigos contra Gallardón, en particular Aguirre y Acebes, los acusa de "manipulación", afirma que lo han "defraudado" y, en resumen, ha ofrecido un bello berrinche público después de tanto vanagloriarse de tener como testigos "en su favor" a toda la plana más radical y ultra del PP (salvo Aznar).

Pero bueno, uno entiende a un empleaducho que ya le ha costado un pico a sus patrones y que no les quiere costar otros 72 mil eurazos precisamente en momentos en que algunas sotanas y testas enmitradas empiezan a decir que no quieren ser "representados" por semejante energúmeno.

Lo que ya no se entiende es que Jiménez Losantos suelte a continuación, ante todos los medios reunidos fuera del juzgado donde se ha visto la querella interpuesta contra el propagandista de la ultraderecha por el derechista alcalde de Madrid, la frase "Nunca me he fiado mucho de los políticos".

¿No, Federico? ¿Y entonces por qué no llamaste en tu defensa más que a políticos, políticos que, además, consideras que siguen tu liderazgo moral. Consciente de que Goebbels consideraba a la radio "el octavo poder", y le resultaba incluso más importante que su adorado cine en la tarea de propaganda, pues Goebbels, como Federico, utilizaba la palabra ante todo, Federico ha llegado a creer que es superior a los políticos a los cuales se dirige esencialmente (sin contar al reducido sector de personas con capacidades intelectuales limitadas por distintas causas, como las que han afirmado que según Federico Rajoy ha aprobado el matrimonio gay, y está aliado a ETA, como todos pudimos escuchar).

El problema de los mensajes que contienen "unos pocos puntos y se repiten una y otra vez”, como Goebbels recomendó que hiciera la buena propaganda, es que el victimismo de Jiménez Losantos resulta poco creíble. Él ha elevado a la calidad de "referentes morales" a los que hoy denigra, como ayer lo hiciera con Rajoy. Lo que queda entonces es, quizá, salir de las trampas losantinas y pensa que, más allá de la cansina repetición de insultos y ataques de Federico, que el muy truhán haya violado la ley nuevamente porque en su esfuerzo por devolver a España a la ultraderecha las leyes no le merecen demasiada consideración.

Que podría ser.

5/27/2008

La "normalidad" del PP

La primera señal de unión del PP en un buen tiempo ha sido el esfuerzo común por informar a los medios de comunicación que están exagerando, que en realidad no pasa absolutamente nada dentro del PP, o al menos, nada anormal, nada noticiable, nada opinable. El mensaje de todos es que la normalidad reina en las filas del PP.

Esto implica además que los informes que pretenden "escandalizar" con que algunos miembros del PP le griten a un dirigente del PP como Gallardón "asesino" son producto de cierta irresponsabilidad periodística interesada, probablemente rojojudeomasónica. Y que destacar que algo así como el líder moral de la derecha agreste dedica largas horas a cocinar insultos contra el líder de su partido es innoble, pues pasa todos los días en las mejores familias.

Vaya, que el mensaje de la "extraordinaria placidez" del franquismo donde "vivíamos en paz" que nos regalan los Mayor Oreja y las San Gil se traslada ahora a un partido en el que la lucha fratricida está a punto de producir la creación de al menos dos partidos, uno de extrema derecha correspondiente al más clásico pensamiento fascista (véase nuestra entrada "¿Fachas?") y otro de un conservadurismo más dócil y democrático, neoliberal en la economía, recatado en lo social, menos intervencionista en lo privado y más pudoroso en sus intimidades con la iglesia. Digamos, toda proporción guardada, los lepenianos y los sarkozianos

Pero la "normalidad" del PP es tan creíble, y hay tantos indicios de ella, como de las armas de destrucción masiva que, Aznar-Richelieu, dixit: "existen y las verá su señoría". Nadie se tragó el cuento de Aznar de aquél entonces de su desmoronamiento, ni se cree el cuento de Aznar del hoy en que lucha por trascender en su partido más allá de la imagen del pequeño falangista que fracasó en su sueño adolescente y les dio una derrota que aún les escuece.

5/23/2008

Los ultras y los más ultras

No hace tanto tiempo, Mariano Rajoy utilizaba contra el gobierno español un lenguaje rayano en el golpismo, que igual deslegitimaba la acción democrática de la izquierda ("prefiero estar con la mayoría de los españoles y no con el señor Carod Rovira y el señor Llamazares") para luego atacar: "el anticlericalismo, el valle de los caídos, las series de televisión, las estatuas de Franco, la unidad de España. Los buenos y los malos. Eso se había olvidado en España hasta que usted ha llegado a la presidencia del gobierno". Y más aún: "Se han puesto ustedes a hablar en batasuno" y "es usted un sectario. Sectario, porque se ha propuesto a enfrentar y dividir a los españoles. Los suyos y los ajenos. Los buenos y los malos". Su habilidad dialéctica daba, a lo sumo, para llamar "bobo solemne" al presidente de gobierno de los españoles, y su visión religiosa llegaba a delirios como "Tanto el laicismo como los fundamentalismos religiosos son enemigos de la libertad y, si logran imponerse, conducen inexorablemente al totalitarismo".

Entiéndase claramente: estas afirmaciones y otras que en resumidas cuentas pretendían quitar legitimidad a los votantes del PSOE y de José Luis Rodríguez Zapatero, refundar la democracia basada en la unanimidad en torno al PP e ilegalizar a quienes estaban en desacuerdo con Mariano Rajoy son cobardemente moderadas... se trata de una muestra de talante dialogante excesivo y de un centrismo inaceptable que vulnera los verdaderos principios del PP. Mariano Rajoy, a ojos de un importante sector de su propio partido es un blandengue, un traidor, un entreguista, un negociador, un agachón y un peligro para España. De modo que lo que piden dichos sectores es un endurecimiento alrededor de los "verdaderos principios del PP".

Ésa es la verdadera lucha dentro del PP. El ultrarradicalismo de una derecha que se fuga del criptofranquismo para coquetear con el neonazismo, la antidemocracia y el golpismo, y el mayor ultrarradicalismo de los que consideran que eso es poco.

5/21/2008

María y Rosa, Rosa y María

Podría hacerse realidad el sueño de la derechona más pura si finalmente María "Con Franco se vivía en paz" San Gil se muda a la UPyD con Rosa "la izquierda heterodoxa" Díez. Se abriría así una opción más viable a la derecha del PP e incluso de la FAES (FAlange ESpañola, dicen los entendidos) donde puedan situarse aquéllos cuyas tendencias estéticas (que no políticas) les impiden tatuarse esvásticas, raparse, llevar chupa de cuero y botas con punteras de acero.

El problema, es el afán de protagonismo de ambas damas de la política. A las dos les gusta mandar, y las dos gustan de sentir que están en la punta de lanza de la lucha contra todo nacionalismo salvo el español. Hoy en día, toda la UPyD, todos sus comunicados, toda su presencia, todo elemento de su página Web, gravitan alrededor de Rosa Díez, y no parece haber lugar allí ni para personajes apreciables por otros conceptos, como Fernando "cuesta abajo" Savater ni para líderes indiscutibles de la derecha feral como Mario Vargas Llosa. ¿Habrá lugar para María?

La cúpula etarra

Es de esperarse que ahora el PP distraiga unos segundos para exigir que los cuatro jefes de la organización psicopática ETA detenidos en Burdeos sean cuidadosamente registrados, pensando en que alguno de ellos podría tener oculta en algún compartimiento secreto de la cartera a Navarra, comunidad que, como todo mundo sabe, Zapaterlo le entregó a ETA en las negociaciones donde también se comprometió a entregarle un ministerio, según informó Jiménez Losantos, que estamos esperando que nos diga cuál es.

5/18/2008

La maliciosa ingenuidad de Rosa

En un conocido programa de noche rosa, la candidata, presidenta, diputada y accionista principal de UPYD, Rosa Díez, jugó al gato y al ratón con un entrevistador tan obsequioso cuanto impreparado para escamotear y reinventar las definiciones políticas y evitar así explicar (que otro periodista se lo habría pedido) por qué se ha convertido en la chica de portada de la derecha más extrema, criptofranquista y golpista de España.

Rosa dijo que no era importante si era de derecha o de izquierda, luego se definió como "mujer de izquierdas", pasó por llamar al vómito negro de Jiménez Losantos "análisis" y finalizó en un acto de demagogia grosera en el cual hacía la lista de una serie de cosas por las que afirma luchar afirmando tramposamente que ninguna de ellas era de derecha ni de izquierda. Mujer, finalmente, o por lo menos la úlitma vez que tocó el tema, de "izquierda heterodoxa" dispone de una definición tan amplia de la heterodoxia (o de la izquierda) que puede incluir en su entorno político al gran defensor del neoliberalismo económico y el neoconservadurismo político, Mario Vargas Llosa, uno de los últimos anticomunistas profesionales que quedan. Cualquier día Rosa vendrá a decirnos que Berlusconi y Le Pen son de "la izquierda creativa" o algo similar.

Cualquiera que no haya estado dormitando cuando el profesor presentó, en clase de lógica, las falacias argumentales, sabe que Rosa Díez está apoyando su discurso en una plétora de falacias, ofensas al razonamiento y trampas argumentales que no se pueden suponer ingenuas, pese a la mirada inocente y la sonrisa fácil que caracterizan a la política tránsfuga, sino que son argucias verbales, esgrima y demagogia para no mostrar todas sus cartas.

La libertad de cualquier español de que sus hijos sean educados en su lengua materna, ejemplo de la fracasada candidata a secretaria general del PSOE, se presenta como "ni de derechas ni de izquierdas". Podría ser, muchas cosas no son "de derecha" o "de izquierda", pero sí lo es la interpretación que de ellas se hace. Y Rosa se sitúa a la derecha cuando, a continuación, afirma que tal lengua materna es el castellano en cualquier lugar de España, con lo cual el malabar determina que el castellanoparlante tiene derecho a que sus hijos se escolaricen en castellano en la odiada Cataluña, pero el catalán no tiene derecho a que sus hijos se escolaricen en catalán en Lugo o Granada. Ciertamente, debe haber educación en castellano en Cataluña, pero lo que sólo el pensamiento autoritario de derecha puede hacer es concluir que no debe haber el mismo derecho para los catalanes fuera de su comunidad, es decir, que hay derechos que tienen unos pero que no deben tener otros (los catalanoparlantes) y que este derecho se les conculca por motivo de su origen nacional, su lengua y su identidad cultural única y exclusivamente: Tienes tal derecho si hablas español, pero si hablas catalán no.

Si recordamos la definición de "fascismo" que recorríamos en la anterior entrada de este blog, no es tan difícil ver que las palabras aparentemente asépticas y multiideológicas de Rosa Díez se insertan claramente en dicha definición. Tales palabras, de hecho, contradicen la declaración de principios de dicho partido, que afirma: "luchar por la libertad y la igualdad efectiva de los ciudadanos españoles ante la ley con independencia de sus ideas, fortuna, lugar de residencia o lengua materna".

La contradicción evidente entre las palabras de Rosa Díez y las definiciones rimbombantes e inespecíficas de la tibia presentación que de sí mismo hace el partido, no es, ciertamente, de izquierda ni de derecha. Es simplemente un ejemplo de deshonestidad, como lo es incluir entre sus declaraciones de lucha política "que la bandera ondee donde tiene que ondear" antes de, por ejemplo, la promoción del empleo. El que la bandera ondee o no es irrelevante si no se atacan de fondo las causas por las cuales no lo está haciendo, y obviarlas en un discurso simplón, sensiblero y demagógico es, nuevamente, fascismo.

Rosa Díez es la opción a Rajoy entre la derecha extrema antinacionalista y por ende anticonstitucional y, en resumen, antidemocrática por cuanto a que busca la exclusión antes que la inclusión. Pretende cambiar la ley electoral para quitar representatividad política a las identidades culturales que detesta ideológicamente en lugar de reformar para aumentar la presencia de agrupaciones ideológicas con una representatividad disminuida con la ley actual, como IU, pretende una reforma democrática que consagre la exclusión del que piensa distinto sólo por pensar distinto y haber nacido en el sitio incorrecto con las tradiciones culturales incorrectas, aunque afirme oponerse a "la discriminación por razones lingüísticas o identitarias". En su defensa de una España de estilo falangista, supraindividual e incuestionable, el partido de Rosa Díez parece dispuesto a perseguir a las minorías supuestamente en defensa de las mayorías (como en su momento Hitler "defendiera" a los "verdaderos alemanes" contra eslavos, comunistas, judíos, gitanos, homosexuales y testigos de Jehová), sin que en su proyecto político se dé valor alguno a la diversidad, la pluralidad, la libertad del que piensa distinto y, sobre todo, despreciando los elementos educativos, sociales, políticos y económicos que pueden ayudar a acabar con los terroristas o a suavizar las relaciones con las minorías culturales a las que dirige su bombardeo.

El discurso de Rosa Díez, sustentado en el hecho real del terror impuesto en amplias zonas del País Vasco por ETA y su entorno, y legitimado ante ciertos sectores por los asesinatos continuados de este universo psicopático, suena por lo mismo razonable hasta que se consigue leer en él una intención vengativa y revanchista que permite ver, tras la aparente ingenuidad y buenrollismo rockero de Rosa Díez, una puerta, como lo leen los voceros de la COPE astutamente, para colar a la ultraderecha a la respetabilidad, y a lo que ello conlleva.

5/17/2008

¿Fachas?

La denominación "facha", nacida a principios del siglo XX es una deformación, ciertamente peyorativa, del adjetivo "fascista", el seguidor de la ideología política (por llamarle de algún modo) del "fascismo", y se usa también para definir a los neofascistas, quizá por lo poco eufónico del vocablo "neofacha".

Los pilares del fascismo son el nacionalismo y la raza como valores superiores al individuo, la promoción de un estado autocrático centralizado gobernado por un dictador, organización estricta y con frecuencia militarizada de la economía y la sociedad, restablecimiento del rol de sumisión de la mujer al hombre, odio y persecución de la diversidad (sexual, racial, cultural, nacional, religiosa) y una agresiva e irrefrenable represión de la oposición, especialmente a la que se define de izquierda, cancelando toda posibilidad de pluralismo político y social, y rechazando la democracia como forma de organización. Las definiciones pueden estar sujetas a discusiones finas, pero estos elementos difícilmente serían rechazados por los neofascistas que aceptan serlo.

Los asistentes a la concentración de hoy, 17 de mayo, de la Fundación para la Defensa de la Nación Española, con su ataque a los medios de comunicación que no comparten sus ideas, con su nacionalismo obsesivo, con su canto del himno español con letra de la dictadura, con su pretensión de apropiarse de España sólo para unos pocos y no para todos, pueden así denominarse "fachas" sin que se pueda considerar ello ningún insulto, salvo por la intención despreciativa de quien por alguna causa no es proclive a llamarles "distinguidos señores neofascistas".

5/16/2008

Berlusconi al PP

Mientras el PP se revuelve en su lucha entre los radicales y los ultrarradicales por apropiarse de la dirigencia del partido y Rosa Díez aprovecha para rebasar por la derecha al PP y, al parecer, llevarse de pasajera a María San Gil, Silvio Berlusconi lleva a la práctica los más caros sueños del PP, por ejemplo, el de pasarse por el Arco de Constantino las leyes europeas y encabezar la persecución de inmigrantes sólo por su nacionalidad. Dicho de otro modo, ser rumano en la Italia de Berlusconi hoy es tan delictivo como ser negro en Sudáfrica en tiempos del Apartheid o ser judío en la Alemania del tío Adolfo, en aquellos años en que el caudillísimo mandaba "volutarios" a matar en nombre de la esvástica.

Qué alegres estarían los muchachos del PP si pudieran hacer lo mismo con sudakas, negros, rumanos, serbios (odio especial del Brigadeführer Federico Jiménez Losantos), chinos, vascos, catalanes, gallegos y demás extranjeros perniciosos, sin atenerse a leyes bobas y a convivencias que juzgan imposibles.

Soñar es soñar, la verdadera lucha es por encontrar al Berlusconi español en las filas del PP, que les enorgullezca tanto como Silvio enorgullece a los suyos.